Defienden jesuitas a #YoSoy132


Gerardo Romo

Zacatecas,  México (4 junio 2012).-   El sacerdote jesuita Jorge Atilano González, responsable de la Pastoral juvenil de la Compañía de Jesús en México, aseguró que el movimiento #YoSoy 132 tuvo su raíz en la solidaridad de los jóvenes ante la violencia en Atenco.”La compasión por las víctimas de la represión de Atenco desató los gritos de los jóvenes universitarios en la visita de Peña Nieto a la Ibero (11 de mayo). Muchos habían escuchado el testimonio de las madres de Alexis Benhumea y Javier Cortez Santiago, jóvenes asesinados en ese operativo, otros conocieron a las mujeres que fueron violadas”, aseguró.

“Los que gritaban asesino a Peña Nieto expresaron la compasión reprimida en el corazón de muchos mexicanos ante el hombre que ordenó el operativo policiaco. En ese momento los jóvenes universitarios dejaron salir de su garganta el grito de los campesinos que no pudieron expresarlo ante el autor de la tragedia”, agregó el sacerdote en un comunicado.

El sacerdote aseguró que la agenda del movimiento #YoSoy 132 es mucho más amplia que la exigencia de los jóvenes por la democratización de los medios por un hartazgo en los contenidos banales de las televisoras y aseveró que dicha petición es sólo la punta del iceberg.

“En el corazón de estos jóvenes hay gritos más profundos, que surge al ver un México herido por la corrupción y la violencia, acompañados del deseo de un nuevo modo de hacer política”.

Eso es lo que se escucha en sus comunicados y asambleas: trabajar para reconstruir un país herido por la ambición de poder. Sus deseos llevan el deseo de la mayoría de los mexicanos, cambiar el miedo por esperanza, la violencia por armonía, la ignorancia por conciencia y la imposición por libertad”, aseguró el jesuita.

El jesuita calificó de morbosa la pregunta que algunos se hacen acerca de ¿quién está detrás de ellos? #YoSoy 132.

“La pregunta correcta tendría que ser ¿qué está detrás de ellos? Y detrás de ellos veo una compasión por un país herido y grandes deseos por poner a su servicio tanta energía y creatividad. Una de las cosas más interesantes es que no tiene liderazgos claros, más bien tratan de llegar a consensos y dividirse el trabajo. Algo muy difícil de entender para quienes están acostumbrados a recibir o a dar órdenes”, señaló.

Jorge Atilano González comentó que quien debe quitarse las máscaras ante los mexicanos son los candidatos a la Presidencia.

“Ahora toca quitar el maquillaje a los candidatos para emitir un voto informado y cuidar las elecciones para denunciar cualquier intento de fraude, valientes estos hombres y mujeres jóvenes que hoy ponen el ejemplo a quienes sólo se lamentan, estos ejemplos necesitan nuestros niños y adolescentes que empezaban a crecer con un nuevo súper héroe: el narcotraficante”, expresó el sacerdote jesuita.

El responsable de la Pastoral juvenil de los jesuitas en México definió al movimiento #YoSoy 132 como la esperanza que el País necesita.

Este movimiento es la esperanza que necesita el país para levantarse después de los saqueos y la destrucción de lo más valioso que tenemos, el tejido social, y esto es un elemento peligroso para quienes desean que las cosas sigan igual que antes”, dijo.

Atilano González recordó que históricamente México es un País compasivo ante las desgracias al igual que este nuevo movimiento juvenil universitario.

Esta compasión se comprobó en los temblores del 85, en los huracanes que golpearon el sureste del país, en el huracán Mitch que azotó en Centroamérica o en grupos como las “patronas” que, desinteresadamente, entregan tortas a los migrantes en su paso por Veracruz. México quiere vivir en paz y rechaza la violencia, pero sus gritos se los guarda en la garganta ante el miedo de ser escuchados por la “gente mala”, como los llaman en Cherán”, recordó.

El movimiento “#YoSoy 132”, según el jesuita, está saliendo de las redes sociales para informar en las calles porque la principal red social es la calle.

“Tanta energía no puede reprimirse o marginarse. Es el tiempo de confiar en estas generaciones. Quizás todo esto sea un llamado a escucharnos más, dejando de lado nuestro propio interés y rehacer la política desde la compasión con las víctimas” señaló.